viernes, 4 de septiembre de 2020

Fundamentos para la legibilidad de un texto

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Legibilidad y lecturabilidad

La legibilidad en tipografía consiste en la facilidad con las que las palabras pueden distinguirse cómodamente, a una velocidad normal de lectura.
La lecturabilidad hace referencia a la facilidad de leer un texto provocada por la hábil disposición y utilización de los recursos tipográficos.
No son tanto conceptos semejantes como conceptos complementarios, ya que por si solos tanto la legibilidad como la lecturabilidad, no cubren las necesidades referentes al buen diseño tipográfico, y lo ideal es pensar en los dos a la hora de afrontar un trabajo. En todo caso son varios los fundamentos que intervienen en ambos procesos y vamos a verlos a continuación.

La elección de la tipografía


El primer paso para hacer legible un texto es escoger caracteres que sean abiertos y bien proporcionados y que no presenten características o rasgos extraños que puedan distraer al lector.
Las últimas investigaciones en legibilidad demuestran que existe poca diferencia entre entre tipos con remate y tipos sin remate para la composición de texto continuo, pero también es cierto que las formas más individualizadas de los tipos con remate ayudan al lector a mejorar el flujo horizontal de la vista a lo largo de la línea.
En cualquier caso la elección del tipo depende en gran medida de la personalidad de la obra en cuestión y va a ser ese contenido el que pida un estilo concreto. Cómo elegir tipografías

Contraste

Relativo tanto al color de los caracteres para que destaquen respecto al fondo sobre el que se encuentran, como al contraste tipográfico que se genera al combinar diferentes tipografías o variedades de estilo (redonda, cursiva, negrita) para dinamizar la lectura y destacar conceptos importantes del texto.
 


Caja alta / caja baja

Todo un texto escrito en letras mayúsculas no solo consume más espacio que el texto en caja baja, sino que también hace más lenta la lectura. La caja baja salpica el texto de marcas distintivas generadas por las formas de las letras, trazos ascendentes, descendentes y formas irregulares. Todo un texto en mayúsculas está falto de estas señales ya que no tienen esta variedad visual y consigue hacer más lenta su lectura.

Set

Los factores que determinan el correcto espacio entre letras (set, prosa) son el tipo, el cuerpo y el grosor de la letra. Un set uniforme proporciona un llamado color tipográfico uniforme, término que hace referencia a la textura y sobre todo, a la claridad u oscuridad del texto. La uniformidad y el color homogéneo del texto es una característica que proporciona legibilidad.
Un set más apretado oscurece el texto, así como uno más distendido lo aclara. Para alterar el color y la textura de un texto se utilizan el espacio interlineal y las cursivas. Las letras negras debido a su fuerte contraste con el resto, rompen el color tipográfico y es mejor usarlas con moderación, a poder ser sustituir por cursiva.
Esto, claro está, referido a una puesta en página clásica de un texto como una novela, poesía, etc; por ejemplo, un catálogo comercial, o una guía, el uso de negritas para resaltar, distinguir y localizar está recomendado. Volvemos por tanto a hacer referencia a lo que el texto pida.

Cuerpo de letra, longitud de la línea e interlineado


Un texto legible y fluido se consigue estableciendo la relación visual correcta entre el tamaño del tipo, la longitud de la línea y el interlineado.
El ajuste de alguno de estos tres factores normalmente conlleva el ajuste de los otros. Tanto un tipo de texto continuo demasiado grande como demasiado pequeño, cansa al lector rápidamente y reducen la legibilidad y la lecturabilidad. Los tamaños de tipos comprendidos entre los 8 y los 11 puntos permiten una legibilidad óptima así como también el uso de tipos con una altura-X proporcionalmente elevada.
En todo caso, hay que tener en cuenta al destinatario del texto, ya que no es lo mismo que sean niños, que normalmente necesitan un tamaño mayor de tipo, o adultos.

La longitud de la línea depende del tamaño del tipo, y del ancho de columna. Las líneas demasiado largas o demasiado cortas también cansan al lector y destruyen el ritmo de lectura. Las líneas largas son aburridas y tediosas, mientras que las cortas provocan un movimiento entrecortado de los ojos.
Una regla sencilla propone una longitud de línea entre 60 y 65 caracteres.

En cuanto al interlineado, que es el espacio vertical introducido entre línea y línea, si este es escaso provoca que el lector tenga que esforzarse para distinguir cada línea, y si es excesivo el lector tiene dificultades para situar la línea siguiente. Para mantener una legibilidad óptima, los tamaños de texto para 8 y 11 puntos requieren un interlineado de hasta 4 puntos extra. Señalar también que las fuentes con una fuerte modulación vertical o una altura-X considerable necesitan un mayor interlineado así como las que tengan unos trazos ascendentes y descendentes prolongados.

Espacio entre palabras 


El espaciado entre las palabras debe de ser proporcional al set para que las letras fluyan de manera natural y rítmica dentro de las palabras, y las palabras dentro de las líneas. Un espacio demasiado grande entre las palabras destruye la textura y la uniformidad del texto y otro demasiado pequeño hace que las letras se peguen y se dificulte la lectura.

Grosor


La diferencia de grosor de los trazos que componen las letras pueden afectar a la legibilidad.
En los tipos demasiado pesados, los ojales de las letras se llenan y desaparecen, y los demasiado finos no se distinguirán del fondo. Lo correcto es que el grosor del tipo elegido sea de un tono medio, sobre todo para el cuerpo de texto.
 

Ancho


Las tipografías estrechas se suelen usar cuando nos encontramos con un problema de espacio o queremos resaltar algo, pero hay que estar atentos a si ese estrechamiento de los caracteres afectase a la legibilidad.
Lo mismo ocurre con aquellas tipografías anchas, pero al contrario, por la distancia entre letras su lectura se haga pesada. En ambos casos el consejo es utilizarlas de forma puntual y razonada.

Composición justificada y no justificada 


El texto puede alinearse de cinco manera distintas:
alineado a la izquierda, alineado a la derecha, justificado, centrado y asimétrico.

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  • El texto alineado a la izquierda crea un espacio entre palabras muy uniforme. Como las líneas terminan en diferentes puntos, el lector localiza fácilmente la siguiente línea. Esta es la alineación más legible, pero hay que tener cuidado con que las líneas no tengan una excesiva diferencia entre ellas ya que originarían un perfil desagradable. Es de uso habitual en páginas web y libros electrónicos.
 
  •  El texto alineado a la derecha va en contra del lector ya que se hace difícil encontrar la nueva línea. Puede ser adecuado para textos pequeños o pies de fotos pero no para texto continuo. Se emplea mucho para las dedicatorias que el autor hace de la obra.
 
  •   El texto justificado (alineado a derecha y a izquierda) puede ser muy legible si el diseñador logra un espaciado homogéneo de las palabras y las letras y evita la aparición de los huecos verticales conocidos como "calles", que son debidos a un incorrecto espaciado.
 
  •  El texto alineado al centro confiere una apariencia formal y clásica, pero debe ser utilizado con mesura y en textos preferentemente cortos.
 
  • La alineación asimétrica del texto busca una división de bloques de pensamiento lógico o una mayor expresividad del texto. Lógicamente su uso para importantes cantidades de texto puede llegar a cansar al lector y es mejor limitarlo para titulares o resaltados, preferible su uso para pequeños bloques de texto.