Formación y producción multimedia: Cómo escoger tipografías

Seleccionar tipografías para un proyecto gráfico es una tarea importante y delicada, muchas veces difícil por las dudas que nos surgen por el insuficente conocimiento bien de los prerrequisitos, bien de las peculiaridades de la fuente.

Ten muy claro el objetivo principal

Lo primero en cualquier proyecto es asegurarse de que sabes todo sobre él. Esto incluye el contenido, el contexto y los objetivos.
Un buen comienzo es escribirlo todo, realizar un informe –briefing– lo más completo posible, incluyendo el qué, el dónde –impreso, digital o mixto– y cómo se va a ver –en papel, al aire libre, en el escritorio, en el smartphone–, el cuándo y el por qué.
Además de eso, agrega, no sólo los objetivos tangibles, número de personas objetivo, cómo se supone que van a digerir la información y qué van a hacer con ella, sino también, la parte intangible de ella, qué reacciones pueden tener con el contenido y la forma en que se va a presentar.

Elige primero el tipo de letra más utilizado

Teniendo muy presente el paso anterior, ahora debes centrarte en definir el tipo de letra para la mayor parte del texto: el cuerpo del texto. El que más superficie va a ocupar, el que más información va a comunicar, el que que más va a ocupar los ojos de los espectadores.

Elegir este tipo de letra primero te ayudará a conseguir dos cosas:

establecer el tono de la pieza alineado con sus objetivos, contenido y contexto, y
tener el punto de referencia para decidir sobre el resto de los elementos.

A estas alturas, debes tener claro dos cosas, el formato y la tipografía base, busca la longitud de línea, el párrafo.

Haz una investigación

A la hora de elegir el tipo de letra, considera la posibilidad de investigarlo antes de tomar una decisión.
La mayoría de los tipos de letra se crearon para resolver un problema específico, ya sea con fines de visualización u ópticos. Puedes obtener mejores resultados si comprendes cómo funcionan mejor.
Si no puede encontrar información directa, intenta buscar su uso en contextos similares. Observa si funciona y por qué.
Una vez que tomes la decisión, puedes elegir entre dos opciones. Una es más segura que otra, pero ambas producen resultados efectivos. A partir de aquí, el peso del contenido a comunicar en la elección de los tipos comienza a hacerse presente en cada decisión.

Un tipo de letra, varios pesos

No hay nada malo en usar la misma fuente con diferentes pesos. Tal vez sólo necesites una versión de fuente ligera o normal emparejada con un contraste regular o en negrita para que funcione.
Sin embargo, aunque pueda servir al propósito, no causará un impacto tan grande como emplear diferentes fuentes.

Permanecer en la misma familia

Una apuesta segura por la coherencia, el uso de familias tipo puede dar un impulso adicional de coherencia y claridad a su proyecto.
Las familias pueden diferir de unas pocas variaciones –redonda, itálica, negrita y negrita cursiva– a superfamilias que incluyen versiones sans serif y serif, chupadas y expandidas y de varios grosores, lo cual da mucho con lo que trabajar.

Optar por similitudes cercanas (históricas o anatómicas)

Por otro lado, si quieres elegir una segunda fuente, puedes optar por dos tipos del mismo período histórico.
Como alternativa, también puedes buscar fuentes con una anatomía similar. Una altura x similar hará que el diseño fluya mejor dándole un ritmo vertical. Pero debería haber alguna diferencia entre ellas, la modulación, la escala X, de lo contrario, el efecto de utilizar dos tipografías se perderá.

Ir al contraste de tipografías

Si ninguna de las soluciones anteriores te atrae, intenta usar fuentes contrastadas para que tu proyecto destaque. El típico y clásico juego de una fuente con gracia o serifa y una sans sèrif.
Sin embargo, ten en cuenta que si te pasas de la raya y eliges dos fuentes muy diferentes, competirán por la atención y harán que el diseño parezca desconectado. Asegúrate de que solo una de las fuentes destaque y deja bien clara la razón de esa preeminencia.

Presta atención a la legibilidad

Como hemos visto en la fase de investigación, las fuentes se crean cada una con su propio destino. Así que para asegurar la legibilidad, hay que asegurarse de no desviarse de esa intención. La legibilidad es un factor primordial, fundamental.
Por ejemplo, las fuentes de visualización (display) no funcionarán bien en piezas grandes de texto. En caso de duda, pídele a otras personas que lean el texto y analiza sus reacciones.

Revisa tu composición general

Este último paso tiene más que ver con la composición del proyecto, y menos con el emparejamiento de fuentes de manera efectiva.
Es una buena práctica alejarse del ordenador y evaluar la densidad, el equilibrio y la armonía.
Si es necesario, para abstraerte de estar enfocado en el texto, voltéalo horizontalmente, y siéntelo.

Siempre que sea posible, toma un descanso. Deja reposar el trabajo, que se asiente, que se macere. Sal a caminar o correr, o dedícate otra tarea por un rato y luego regresa con los ojos y la mente más frescos.

Enlaces que te pueden ayudar a escoger tipografías

https://fontpair.co/

Trabaja solamente con las Google Fonts. Limpio y sencillo.

https://fontjoy.com/#

Permite elegir una de las tipografías y encuentra una compañera, te permite ver su funcionamiento y cambiarla si es preciso. Puedes escribir tu propio texto y visualizarlo con la tipografía elegida.

https://fontsinuse.com/

Un montón de ejemplos de tipografías utilizadas en una enorme variedad de productos gráficos: carteles, portadas de libros, discos, revistas, periódicos, etc. Presenta búsquedas por estilos, por materias, por tipografías, muy buena para referencias y utilizaciones reales.